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Kwame Holmes

Trascendiendo los Límites Disciplinarios: Crítica de Black on Both Sides: A Racial History of Trans

Traducido por Daniel Doncel


Black on Both Sides: A Racial History of Trans Identity

C. Riley Snorton

Minneapolis: University of Minnesota Press, 2017. 272 pp


Al principio de Black on Both Sides: A Racial History of Trans Identity, C. Riley Snorton dice a los lectores que Black on Both Sides no es un trabajo historiográfico per se, sino más bien una serie de proposiciones políticas, teorías de la historia y experimentos de escritura. " (6) Encuentro el trastorno intencional de nuestras presunciones de lo que constituye "una historia" -un trastorno que continúa a lo largo del texto- una analogía apropiada para las intervenciones teóricas del libro. Los cuerpos trans son más vulnerables a la violencia cuando trastornan nuestra exigencia (cis) de que la presentación de género y el sexo físico se reflejen fielmente la una a la otra. Pero el pionero libro de Snorton ignora nuestra incomodidad y nos pide que contemplemos la paradoja producida por cualquier intento de fijar, conceptualmente y por separado, las historias de lo negro/lo trans, categorías que representan condiciones de posibilidad y no modos de existencia estáticos, según Snorton afirma y documenta.


Black on Both Sides no es una "historia", sino una obra de teoría crítica que posiciona lo negro y lo trans como "aposicionales," o como términos que pueden referirse al otro mutuamente. Para Snorton, el concepto de "transitividad" se refiere a lo trans como a (y aquí cita a Claire Colebrook) "una singularidad aún no diferenciada desde la que distintos géneros, razas, especies, sexos, y sexualidades se generan", y a lo negro (y aquí hace referencia a Hortense Spillers y la literatura afropesimista) como a "una condición de posibilidad para el mundo moderno" y una articulación de "la paradoja del no-ser, expresada en su despliegue de carne aposicional"(5). Snorton se inspira significativamente en la filosofía surrealista francesa, que desde hace ya mucho tiempo intenta superar tanto la taxonomía totalizadora del marxismo como la hiperindividualización (e inevitabilidad) de la teoría psicoanalítica, con el objetivo de adivinar procesos emergentes de llegar a "saber" meditando acerca de la continua interrelación entre objetos (incluyendo el sujeto como objeto). O, en palabras de Snorton, "Leer 'negro' y 'trans' en relaciones transitivas requiere que nos familiaricemos con la vida social de las cosas, que también es considerar cómo nuestra relación con las cosas y como cosas implica tanto una confrontación como volver a pensar el pasado tal y como ha sido representado en la Historia" (6). Falto de interés en enmarcar lo negro y lo trans en una dialéctica mutuamente constitutiva, Snorton intenta ver qué pasa cuando se los acerca, sea de las formas en que las élites políticas y mediáticas intentaron desplegar el género para racializar lo negro o a través de su propia mezcla creativa de documentos históricos.


Snorton revela de manera brillante las limitaciones del proyecto filosófico francés centrando las implicaciones de la exigencia del capitalismo racial de que lo negro sea cosificado. Es inherente a la preocupación de la filosofía francesa con la interrelación la presunción de que un humano universal, o no-objeto, puede (y debe) intentar imaginarse a sí mismo como un objeto (o como una planta capaz de realizar la fotosíntesis, como Gilles Deleuze y Félix Guattari a veces sugieren). Snorton, trabajando desde la teoría feminista negra de Hortense Spillers y Sylvia Wynter, así como desde la fenomenología fanoniana, muestra que el capitalismo racial forzó a los cuerpos negros a empezar a existir como objetos. Los sujetos negros no necesitan moverse para considerar su potencial cosificación. Por el contrario, la cosificación, o la existencia como carne, o lo trans, han sido prescritos para ellos. Snorton revela que las "cosas" o la "carne" negra se vuelven legibles al interactuar con objetos que miden (a través del examen médico, la fotografía, la investigación periodística, la ilustración, y la narrativa personal) e intentan entender lo que son. La idea de Spiller de que la carne negra es consumible ayuda a Snorton a revelar que el capitalismo racial convirtió lo negro en una herramienta útil para el proyecto de fijar/crear categorías de género "reales". Con este marco teórico, el libro de Snorton se desarrolla cronológicamente, con capítulos dedicados a la ginecología del siglo XIX, fugas de esclavos, escritos autobiográficos y sociológicos negros de principios del siglo XX, medios de comunicación negros de mediados del siglo XX, y documentales negros de finales del siglo XX, respectivamente.


En su capítulo sobre J. Marion Sims, Snorton presenta el espéculo como un objeto que adquirió significado como fuente de conocimiento sobre el "cuerpo femenino" a través de interacciones violentas con mujeres negras esclavizadas que no fueron consideradas ni "hombre" ni "mujer" pero sí como carne médicamente productiva. De forma similar, el capítulo de Snorton sobre esclavos fugitivos y narrativas de esclavos fugitivos revela que el acceso a la emancipación muchas veces estaba condicionado por la disposición y la habilidad de la gente esclavizada para hacer su género legible a observadores blancos. El capítulo posterior sobre la figura maternal negra oculta en Up from Slavery, de Booker T. Washington, y en The Souls of Black Folk y The Autobiography of an Ex-Colored Man, de W.E.B. DuBois, empieza con más fuerza de la que acaba y, en definitiva, otros lectores quizá puedan conectar más fácilmente con el material. El método heterotópico de Snorton (y su estilo de escritura denso) hace seguro que no todo Black on Both Sides sea para todo el mundo. Pero es imposible, creo, hasta para los lectores más opuestos a la teoría del campo de los estudios transgénero, feministas, y/o queer, no apreciar al menos en parte la gran agudeza de Snorton.

En mi caso, mi reacción más positiva la tuve al leer el capítulo 4, donde Snorton utiliza las declaraciones públicas de famosos drag y trans negros (a través del filtro de la prensa negra de mediados de siglo XX) para reflexionar sobre la conflictiva relación de la gente negra con la identidad nacional. Durante la Guerra Fría, los líderes políticos negros se enfrentaron a una enorme presión para representar el cuerpo político negro como una entidad preparada para imitar el anticomunismo patriótico. El análisis de Snorton de la relación representacional de famosos drag y trans negros para con Christine Jorgensen, ella misma un símbolo de desviación, revela que la mímica, y no la normatividad, es lo que se le impone a los sujetos negros. Según la interpretación de Snorton, los famosos trans negros son forzados a narrar sus experiencias a través de Jorgensen, como una parte integrante de la experiencia de ella en lugar de de la suya propia, de manera muy similar a cómo los liberales negros se ven forzados a imitar la política americana, narrando las injusticias que sufren a través de valores constitucionales estadounidenses. Al mostrar la imposición a la mímica, Snorton revela la forma en que teorías drag y trans amplían nuestro entendimiento de los mecanismos de la racialización.


En ocasiones, la dedicación de Snorton a lo indefinido juega en contra de sus esfuerzos de provocar una apertura de mente meditativa en el lector. No estoy seguro de la relación del texto con la temporalidad. Como se menciona antes, Snorton encuentra muy útil el término "transitividad" como una forma de enmarcar lo negro y lo trans como condiciones de posibilidad. De todas formas, una concepción linear del tiempo organiza el orden de los capítulos, que van desde el siglo XIX hasta el principio, mediados, y finales del XX. Esta organización linear corre el riesgo de que el lector crea que hay un proyecto historicista oculto tras el rechazo de los métodos historicistas. A la luz de la linealidad del texto, ¿se puede culpar a los lectores por interpretar afirmaciones como "Black on Both Sides explains how the condensation of transness into the category of transgender is a racial narrative" (8) como racionalizaciones historicistas acerca de cómo esa condensación se desarrolla con el tiempo? Cabe también preguntar cuál es la relación entre lo negro/lo trans como condiciones de posibilidad y la descripción de Snorton del archivo de ambas como algo limitado por actos de borrado (también una noción linear). Es posible que "borrado" se refiera aquí a una mala administración accidental de los materiales, pero la descripción del problema según Snorton parece sugerir que los sujetos trans negros eran suficientemente identificables como para ser localizados y extirpados del archivo. En su explicación de los periodos históricos que trabaja, Snorton confundió aún más mi entendimiento sobre la relación de su trabajo con la temporalidad lineal al escribir "I focus on the transitive connections within blackness and transness that emerge in moments of transition: from slavery to emancipation and the free market, from civil rights to Black Power movement; from World War II to the Cold War; and from analog to digital" (9). Pero, por supuesto, estos momentos (con la excepción del periodo desde los derechos civiles al Black Power) solo tienen sentido para nosotros como barreras absolutas entre periodos políticos, económicos, y culturales. Quizá University of Minnesota Press pidió a Snorton que ordenase cronológicamente sus capítulos, y da la sensación de que quizá también sugirieran vehementemente el subtítulo "A Racial History of Trans Identity." No obstante, estos aspectos del texto me incitaron a reflexionar sobre esta distinción entre la paradoja, lo cual el trabajo explora abiertamente, y las contradicciones que observé entre algunas de las intervenciones filosóficas de Snorton.


Una última conexión entre el trabajo de Snorton y los surrealistas franceses es su disposición a transformar el texto en una ilustración de la teoría. De la misma forma en que no deberíamos aproximarnos a gente trans con la idea de entender su "verdadero" sexo, y de la misma forma en que ejercemos violencia contra lo trans al sugerir que hay un momento en el que la transición alcanza un final definido, los lectores no deberáin aproximarse a Black on Both Sides con la idea de identificar el "verdadero argumento" del trabajo o su "conclusión." De hecho, aunque el libro termina, el trabajo no tiene un capítulo final (aunque sí un último capítulo). En lugar de ello, el proyecto de Snorton -igual que el Bagua, que gira eternamente, o el místico derviche que da vueltas del Sufi- es una llamada a la meditación basada en el carácter cambiante de la realidad y la conciencia. Los lectores deberían hacerse a la idea de que acabarán el texto con más preguntas que las que tenían al empezarlo, aunque estas serán totalmente diferentes. Sospecho que una gran variedad de académicos se beneficiarán de sus viajes a través del trabajo académico de Snorton, y espero ansioso los debates que Black on Both Sides inspirará en los próximos años.

 

Kwame Holmes es profesor asistente de estudios étnicos en la Universidad de Colorado en Boulder. Es historiador de la raza, la sexualidad, y el capitalismo en la ciudad moderna, y su trabajo ha sido publicado en Radical History Review, No Tea No Shade: New Writings in Black Queer Studies, y The Routledge History of Queer America.



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